San Pablo es la primera gran ciudad no comunista en eliminar la publicidad exterior de sus calles. Esto se logró gracias a la ley "Ciudad limpia" promovida en el 2007 por la urbanista Regina Monteiro y auspiciada por el alcalde Gilberto Kassab.
Este reglamento lucha por eliminar la contaminación en la cuarta ciudad más grande del mundo; tanto la medioambiental, como la acústica y la visual. En el caso concreto de la publicidad exterior, parece que un exceso de contaminación visual genera un estrés innecesario a los ciudadanos de la gran ciudad de Brasil.
Esta medida fue tomada con agrado por la mayoría de sus habitantes, que pudieron redescubrir edificios y paisajes que habían estado tapados por la publicidad hasta este año. Para Monteiro, la ciudad debe mostrar mensajes que se adapten a escala humana, sin tener que levantar la cabeza para verlos. Pero, por otro lado, se generó la oposición de los anunciantes y de las agencias de publicidad. Esto se debe a que se estaría perdiendo una audiencia aproximada de 11 millones de personas. La Asociación Brasileña de Anunciantes (ABA), junto a asociaciones y sindicatos vinculados a la publicidad, acusaron a la Ley "Ciudad limpia" de ser una medida excesivamente restrictiva y generar desempleo en el sector. Clear Channel Communications, una agencia de medios que resulta muy perjudicada por la ley, considera que la publicidad exterior es también parte de la cultura en la que estamos inmersos.
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Fuente:
Diario Tinta Digital
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